La organización DNDi ha quebrado los modelos globales de las farmacéuticas para desarrollar nuevos medicamentos. En Colombia están ayudando al Ministerio de Salud a atender el chagas, un mal que podría afectar a 4,8 millones de personas pero que suele interesar a muy pocos salubristas.
“¿A qué laboratorio le podría interesar hacer una inversión para una enfermedad que afecta a las poblaciones más pobres? ¿Quién estaría dispuesto a hacer un ensayo clínico para buscar la cura de un mal que afecta a comunidades marginales en los países subdesarrollados?”.
Tomada de: El Espectador
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